Después de reparar a Cosmo, salimos tan pronto como pudimos para Los Angeles (sí, nunca hubieran pensado que alguien dijera eso). A pesar de que San Luis Obispo es un pueblo bonito, esperar a que arreglen un carro es muy aburridos y yo ya estaba impaciente, pero parece que era el único. Después de 3 o 4 horas de camino, compuestas sobre todo de mirar el paisaje por la ventana y contar los In-N-Out, llegamos a Culver City, donde Tía Mary y Tío Nacho nos estaban esperando. Contamos chistes, comimos y usamos el internet. Finalmente pudimos dormir en un área mayor a un metro de ancho y aún así patié el gabinete del televisor varias veces mientras dormía. Fue una buena noche.

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Al otro día nos levantamos tarde, desayunamos y yo jugué en el computador. Jugamos con Canela, la perrita, y luego Marcela llegó a la hora de almuerzo. Cuando ella se fue, nosotros salimos para la playa.

Pasamos muy bueno en la playa. Nate, Amelia y yo jugamos con las olas como cuatro horas. Nadamos, surfeamos y nos hundimos en olas masivas, y cuando no pudimos, las olas nos dieron mil vueltas hasta que volvíamos a tomar control. De ahí salimos para la casa de la Tía Ceci y el Tío Jorge, donde vimos TV y conversamos.

Desayunamos, empacamos y salimos para donde Tía Angie y Tío Ravi, pero primero hicimos vueltas. Por la noche llegaron otra vez los tíos y tías y comimos una comida buenísima. Jugué con el humidificador. Dormí en el sofá, que es muy cómodo. El día siguiente fue calmado, a pesar de que tuvimos que limpiar el van porque se llenó de hormigas. Al final del día fui a montar en bicicleta con el Tío Ravi.

Al salir de Rancho Cucamonga, visitamos a Nick, Melanie, Wolfi, Pascal, la perra Fiona, y los pollos, patos y la cabra. Comimos un desayuno delicioso y luego fui al gallinero a tratar de coger todos los pollos que pudiera. Nick nos mostró su bicicleta eléctrica y Nate y yo montamos un poquito (40 km/hora sin pedalear). Nos despedimos y salimos hacia San Diego.

Paramos en el parque Balboa. Caminamos, fuimos a la fuente y al jardín botánico. Amelia encontró un geocache (buscar ‘tesoros’ con la ayuda de un GPS) y yo tomé limonada. Nos encontramos con Roscoe, Colleen, Aria, y Bowen en Cotixan, un restaurante mexicano. Comimos burritos y salimos hacia su casa, donde conocimos a Snowball, el gato negro de los Cook (vean los Simpsons si no entienden la referencia). Conversamos hasta que nos fuimos a dormir. Ellos salían para el aeropuerto a las 5:00 a.m.

Checking out O.B.

Checking out O.B.

Almorzamos en Chili’s (gracias, Isa!) y luego fuimos a Ocean Beach, hicimos boogie board, caminamos por ahí y hablamos sobre perros. Cuando íbamos de regreso a la casa, Nate dijo: “Eso es humo negro saliendo del van?”

Pues el resto de la noche fue tratando de ver qué pasaba. Parece que nos vamos a quedar un día más en San Diego hasta que resolvamos el asunto.

Y sí. Nate pasó el día investigando el problema, buscando en los foros y hablando con Gary. Yo, mientras tanto, jugué en el computador. Todo resultó bien y parece que vamos a cruzar a México mañana. Esa noche comimos en In-N-Out como homenaje a California y EE.UU.

Bienvenidos a Mexico!

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