Nuestra primera parada después de DF fue en Cholula, sí, como el nombre de la salsa picante con tapa de madera que tenemos en Seattle. A mí me gusta más la salsa Tapatío, pero toca, estamos en Cholula… Ahí, en la mitad del pueblo hay una pirámide gigante, más grande que las de Giza. Ésta, sin embargo, está en estado de deterioro, con pasto y árboles cubriéndola casi totalmente. Parece más un monte que una pirámide, hasta que uno camina por sus adentros vía túneles angostos que ilustran su construcción a través de muchas generaciones. La última construcción fue una iglesia inmensa, puesta en toda la cima. Un enorme punto al final de la frase que fue la invasión española.

Walking under the pyramid in Cholula, Mexico.  Photo - Nate

Walking under the pyramid in Cholula, Mexico. Photo – Nate

 

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Benjamin at the carnival in Cholula.  Photo - Nate

Benjamin at the carnival in Cholula. Photo – Nate

Hacia Oaxaca. A pesar de que este viaje ha sido uno de mis sueños durante muchos años, tengo que admitir que nunca he pensado mucho en qué hay entre Seattle y Patagonia. Oaxaca es una excepción. Este lugar colorido ha estado en mi radar durante algunos años. Docenas de idiomas y culturas, casi todos los ecosistemas, mole – cómo NO voy a querer verlo?

Llegamos en medio de un aguacero que hizo que las líneas entre lo que eran las calles y los ríos fueran tan turbias como el agua misma. Eventualmente llegamos al pequeño pueblo de Tule a la casa de Calvin y Leanne en Overlander Oasis. Allí hicimos nuestro nido por los próximos cinco días.

On the road to Oaxaca. Photo - Victoria

On the road to Oaxaca. Photo – Victoria

V and A looking at baskets in the Tlacolula Market. Photo - Nate

V and A looking at baskets in the Tlacolula Market. Photo – Nate

Como mencioné, Oaxaca es un lugar muy diverso. Es más, es el estado de México más diverso tanto en riqueza biológica como cultural – y si uno se pone a pensar en ella, ésta es una correlación interesante. Según el investigador De Avila Blomberg, esta correlación se encuentra en todo el mundo.

Además de su rica diversidad, la tierra en México es en gran medida comunitaria. Aparentemente esta tradición viene desde los Aztecas y fue adoptada por los españoles, pero cambió durante la independencia mexicana (recuerdan la de Guanajuato hace unas entradas del blog?). Hacia finales del siglo XIX, 1% de la población era dueña de 90% de la tierra. Fue sobre todo este motivo el que inspiró a Pancho Villa, Emiliano Zapata y otros a que se rebelaran en 1910. Siete años más tarde, el nuevo gobierno retomó de nuevo la idea de propiedad comunitaria. México, y Oaxaca especialmente, está dirigida a nivel local rural en gran parte por asociaciones comunitarias. En muchas partes, no hay propiedad privada. La tierra es gobernada, utilizada, contaminada, dividida, cuidada y protegida por la comunidad que vive en ella. Esto me parece fascinante y muy hermoso, y me pregunto qué clase de tejido se crea cultural y ecológicamente.

Vimos varias de estas comunidades a lo largo del estado. V encontró una celebración del maíz nativo en el pueblo de Santiago Apóstol, y por supuesto fuimos. Campesinos, bailadores, músicos, reporteros llegaron a este pequeño pueblo para mostrarle al mundo la importancia del maíz nativo y discutir las amenazas locales y transnacionales que tiene. ¿Qué ocurre a comunidades pequeñas creadas alrededor del maíz durante un sinnúmero de generaciones cuando el maíz se puede comprar por mucho menos a los granjeros de Estados Unidos?

A vendor at the native corn celebration in Santiago Apostle. Photo - Victoria

A vendor at the native corn celebration in Santiago Apostle. Photo – Victoria

Artwork made from corn husk. Photo - Victoria

Artwork made from corn husk. Photo – Victoria

Dancers at the native corn celebration.  Photo - Nate.

Dancers at the native corn celebration. Photo – Nate.

 

 

 

 

 

A la salida del pueblo, paramos para comprarle a la mamá de V una botella de mezcal. No mucho después aprendimos una nueva expresión: “lo güeriaron”. De la palabra “güero” que significa blonde. “Lo güeriaron” significa que le cobraron más debido al color más claro de piel y pelo. De ahí en adelante decidí que es mejor que V y los niños sigan negociando sin mí.

Al otro día fuimos al histórico centro de Oaxaca. Escuchamos música, vimos trabajos de estudiantes de diseño gráfico, caminamos sus calles y comimos mole delicioso cerca del zócalo. Es decir, los adultos comimos mole. A los niños de Tangletown esa cosa no les gusta mucho.

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Chillin' in Oaxaca.  Photo - Victoria

Chillin’ in Oaxaca. Photo – Victoria

Delicious mole negro!  Photo - Amelia

Delicious mole negro! Photo – Amelia

Finalmente nos despedimos de Calvin, Leanne, su perra Morena, los tres gatos y el gigante árbol de Tule. Salimos hacia las montañas, con una parada en Teotitlán, una comunidad Zapoteca donde hacen hermosos tapices de lana y donde está uno de los 10 mejores restaurantes del mundo de acuerdo con el New York Times … si le creen al grandioso NY Times. No me malentiendan, estuvo deliciso, pero no puedo entender cómo alguien puede proclamar cuáles son los 10 mejores restaurantes del mundo. En fin, tanto la comida como el idioma hablado por las mujeres que trabajan en el restaurante, son Zapotecas.

Natural dyes for the wool rugs.  Photo - Victoria

Natural dyes for the wool rugs. Photo – Victoria

Benjamin spinning wool.  Photo - Nate

Benjamin spinning wool. Photo – Nate

Spun wool on the loom. Photo - Nate

Spun wool on the loom. Photo – Nate

The kitchen in Teotitlan's well known Zapotec restaurant. Photo - Nate

The kitchen in Teotitlan’s well known Zapotec restaurant. Photo – Nate

De ahí subimos por una carreterita destapada pasando del valle casi desértico a las partes altas, ventosas y llenas de pinos – un santuario para este habitante del noroeste de USA. Caminamos por la montaña, las rocas y el bosque en un viento frío, pero nos mantuvimos calienticos gracias a una conversación acalorada acerca de “homeschooling”. Simplemente digamos que todavía estamos tratando de encontrar una rutina.

Nate in his element up in the mountains.  Photo - Amelia

Nate in his element up in the mountains. Photo – Amelia

Amelia on the suspension bridge in the mountains above Teotitlan. Photo - Nate

Amelia on the suspension bridge in the mountains above Teotitlan. Photo – Nate

Allí conocimos a Giovani y su familia y amigos, y de nuevo nos sorprendió la hospitalidad de este fino país. Giovani es un médico cuyo uno de sus cuatro trabajos es visitar áreas rurales para proveer salud. Nos invitó a otro lugar más norte, entonces a la mañana siguiente prendimos el frío motor diesel de Cosmo (las bujías de precalentamiento no trabajan, pero calentar el café debajo del motor ayuda) y bajamos la montaña.

Desayunamos en casa de Giovani y luego él, su esposa, su hermana y su amigo Federico nos guiaron sobre montañas y valles a la comunidad de Analco, el hogar de Federico y uno de esos pueblos de propiedad comunitaria sobre los que he tenido tanta curiosidad. Caminamos, montamos en canopy, comimos trucha, tomamos un poco de mezcal y hablamos sobre cultura y política. Le preguntamos a Giovani por qué las comunidades están amenazadas por presas, minas y súper carreteras si ellas pueden regir sus propias comunidades. La respuesta sencilla: dinero. Después de investigar un poco por mi lado, encontré que casi todos los ejidos y las comunidades del siglo XX no podían ser vendidas a personas externas. Eso cambió en 1991 como pre-requisito para que México firmara el Tratado de Libre Comercio. Ahora, la gente con conexiones en el gobierno que sabe que viene una carretera o una mina, empiezan a comprar tierra en las comunidades y años más tarde se las vende al gobierno o a una empresa minera canadiense. Seriamente, Canadá, qué pasa con todas esas minas!

Our new friend Giovani (in red) and his friends/family with Amelia.  Photo - Nate

Our new friend Giovani (in red) and his friends/family with Amelia. Photo – Nate

Hemos visto esta tensión entre uso público/comunitario y privado, urbano y rural, local y federal, pobre y rico en todo nuestro viaje en México. Me hace reflejar sobre asuntos similares que ocurren en casa pero a través de otros lentes y diferencias culturales. ¿Cómo se vería mi hogar si la propiedad comunitaria hubiese sido la ley que regía? ¿Cómo actuaríamos si siempre fuéramos responsables hacia la comunidad? ¿Cómo sería nuestra tierra? No sé si la vida habría sido inherentemente mejor, pero me pregunto si hay cosas que podemos aprender. A veces pienso que en EE.UU. estamos llegando a los límites de lo que una sociedad individualista puede ofrecer, o según Wade Davis, el equivalente antropológico de desintegrar el átomo. Una nación partida en 300 millones de piezas individuales y toda esa energía liberada y muy poco manteniéndonos juntos. No sé, tal vez es la Modelo Especial hablando. O tal vez es el frío – Benjamín tiró en la chimenea el último pedazo de madera hace como una hora y no hay nada más que unos carbones medio dormidos en la cocina comunitaria desde donde estoy escribiendo.

The strange mineral formations of Hierve el Agua. Photo - Nate

The strange mineral formations of Hierve el Agua. Photo – Nate

Morning rays at Hierve el Agua.  Photo - Nate

Morning rays at Hierve el Agua. Photo – Nate

V at Hierve el Agua.  Photo - Nate

V at Hierve el Agua. Photo – Nate

Amelia on top of the world.  Photo - Victoria

Amelia on top of the world. Photo – Victoria

Salimos de Oaxaca por la Ruta del Mezcal. Cada pueblo vende mezcal local hecho de plantas locales de maguey (agave). V y yo nos miramos “Deberíamos comprar!” – pero nos acordamos que no nos gusta mucho el licor fuerte. Seguro que una ventaja porque tal vez me vería inclinado a tomar mucho mezcal para disipar los millones de pensamientos sobre comunidad, democracia y naturaleza que dan vueltas en mi cabeza. Nos fuimos con algunas respuestas, pero con muchas más preguntas. Destino: Chiapas.

 

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Showing 2 comments
  • alvaro
    Reply

    Mil gracias Nate por tu excelente y detallada exposición sobre los aconteceres y vivencias de tangletown 4 en su viaje por entre las carreteras, caminos, trochas …desde Oaxaca y Chiapas, incluidas las pruebas y degustaciones de Mexcal y Agave.
    Quedamos a la espera del proximo reporte entre Chiapas y la Frontera con Guatemala…Quien será el siguiente reportero?

    un abrazo para todos y que continuen con éxito su feliz experiencia.

    papichu mamichu

    • Nate
      Nate
      Reply

      Gracias Alvaro. Amelia es la proxima reportera!

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