Desde que me acuerdo, he querido ir a Costa Rica. Bueno, no, desde que tenía seis años. Había oído que tenía playas bonitas, con arena suave y palmeras moviéndose en el aire tibio. Un poco como el Hawaii que la gente se imagina. El sol sería fuerte y las personas bronceadas y con el pelo de surfeador. Esta es la primera vez que voy a ir al país de mis sueños.

Entramos a Costa Rica como a los otros países, viendo letreros que dicen ‘bienvenidos a Costa Rica’ y banderas que muestran qué tan orgullosos son. Hombres y mujeres policías están listos para aburrirte y hacerse los que van a revisar a Cosmo para buscar lo usual: armas, explosivos y drogas.

First day in Costa Rica

First day in Costa Rica

Manejamos una hora a Finca Cañas Castilla, una finca fantástica con lugares para acampar y cabañas. Yo me dormí esperando que me sintiera mejor. Vomité tres veces a la entrada a CR. Me dieron una medicina un poco maluca que me diera lo que perdí cuando me enfermé. Casi me hizo vomitar otra vez. Si eso hubiera pasado, habría sido irónico. Me desperté una hora después para irme del sofá a mi cama a dormir más.

Usamos Internet y estuvimos ‘relaxiando‘ (nos relajamos). Me sentía mejor. Mami y Nate vieron monos aulladores en el árbol arriba del van. Luego ellos fueron a un sendero y vieron monos araña directamente arriba de sus cabezas. Entonces todos fuimos a caminar y vimos más monos, pericos e insectos de diferentes colores. La finca está al lado de la selva y hay árboles gigantes y hermosos. Fuimos a ver un río que estaba muy subido y no lo pudimos atravesar, entonces volvimos donde los micos a observarlos. Uno trató de poposearse encima de mi, pero falló. Había un bebecito. Tomamos fotos, pero no hay mucho que hacer con micos entonces fuimos a ver el oso perezoso que los dueños del lugar habían rescatado. También fue muy lindo. Adormilado, como un oso perezoso debe ser. En parte eso es lo que los hace adorables.

Benjamin walking in Finca Cañas Castilla

Benjamin walking in Finca Cañas Castilla

Al otro día íbamos a la casa que Ruth y Wayne alquilaron, Casa Tucán. Nos despertamos. Yo traté de hacer pancakes. Traté. Nate manejó y manejó un poco más, y finalmente llegamos a El Tucán. La entrada no estaba con llave entonces la empujamos y entramos. La entrada fue muy bacana. Es una mini-carretera, con el piso de rocas y pasto. En todas partes hay plantas, diferentes tipos de árboles de naranjas, plantas de cacao, árboles de jungla y flores. No muy lejos hay una casa de diferentes colores brillantes. Ruth y Wayne vinieron a saludarnos. Hablamos de lo que había pasado desde la última vez que nos vimos. Exploré la casa, aprendí cada cuarto y diseñé un baño como uno de la casa. La vida estaba bien. Nos dormimos viendo TV.

El segundo día hicimos pereza. El tercer día vimos un tucán de Swainson. El cuarto día Wayne, Mami, Nate, Benjamín y yo fuimos a hacer rafting (gracias otra vez, Wayne!) y vimos muchos nuevos pájaros! También vimos un lagarto basilisco. Esta es la única criatura, además de insectos, que puede correr sobre el agua. Mientras estábamos haciendo rafting, brincamos de una piedra al agua calmada. El agua estaba fría y magnífica. El guía había traido una piña y en la mitad del viaje la partimos y la compartimos. Fue dulce y fresca. La mejor piña que he comido.

One of three different species of praying mantis that visited Casa Tucan. Photo by Amelia.

One of three different species of praying mantis that visited Casa Tucan. Photo by Amelia.

El próximo día yo estaba muy enferma, como el día que entramos a CR. No vomité tres veces, vomité nueve. Me quedé en la cama todo el día. A veces me iba para el sofá, a veces en la cama, a veces en el baño. Esa fue mi rutina todo el día. Y también TV.

Al otro día me sentí mucho mejor. Todavía estaba débil, pero podía moverme sin sentir náusea. Nos preparamos para salir hacia el Caribe al día siguiente.

Caliente, turístico, con palmeras y playas. Eso fue lo que experimenté en el Caribe. Desafortunadamente Ruth y Wayne no pudieron venir con nosotros. Ellos se enfermaron un poco, pero no tanto como yo.

Mi familia es muy grande entonces no me sorprendí cuando supe que tengo más familia que nunca había conocido. Jairo, un primo del abuelito, Peggy la esposa de Jairo y Luz, la hija de Jairo, actuaron como si yo las hubiera conocido toda mi vida. Oh, y Pizca, la chihuahua que tiene 15 años y que llora por su amiga perro que se murió. Pobre Pizca, Luz le recuerda de su amiguita cada que puede. Dormimos felices aunque me asusté porque una cucaracha voladora estaba yendo en mi dirección.

El horario del próximo día: despertarnos, desayunar, ir a playa, ir a un restaurante, ir al Parque Nacional Cahuita National Park (donde vimos micos, esta vez carita blancas), regresar a la casa, comer lo que se puede comer, jugar un juego muy largo de Uno e ir a dormir. Fue un día largo y perfecto para dormir rápido.

Beach time in Manzanillo on the Caribbean coast

Beach time in Manzanillo on the Caribbean coast

White Faced Capuchins in Cahuita National Park.  Photo by Benjamin.

White Faced Capuchins in Cahuita National Park. Photo by Benjamin.

A la mañana siguiente Peggy lavó mi pelo. Probamos pipas (agua de coco directamente del coco) y salimos de la casa en San Clemente. Nate manejó cinco horas. Vimos camiones, plantaciones de bananos con bolsas azules (o como a Mami le gusta decir, blue bananas), olimos fertilizante como nunca antes, sabíamos que Nate estaba un poco de mal genio y cantamos “WITH OR WITHOUT YOU!!!!” con la canción ‘With or Without You’. Yo lo recomiendo.

Después de llegar a El Tucán, celebramos el Día de Acción de Gracias temprano. Wayne y Ruth nos compraron un pavo y cocinaron toda la cena ellos solos. Hicieron pavo relleno, molde de habichuelas, puré de papas, zanahorias acarameladas, pie de calabaza y salsa de arándanos. Oh, estuvo delicioso. Jugamos estrella china, todos los seis jugadores.

Chiquita and Dole banana plantations on the drive back from the coast. Photo by V.

Chiquita and Dole banana plantations on the drive back from the coast. Photo by V.

Thanksgiving dinner in the rain.  Photo by Nate

Thanksgiving dinner in the rain. Photo by Nate

En nuestro último día en San Miguel de Sarapiquí terminamos de empacar, vimos loras y nos fuimos. Después de cruzar el bosque de niebla de Costa Rica, encontramos un lugar para acampar esa noche, para al otro día salir hacia la frontera.

Dejamos Costa Rica como a los otros países. Letreros que dicen ‘gracias por visitar Costa Rica’ y banderas que muestran qué tan orgullosos son. Hombres y mujeres policías están listos para aburrirte y hacerse los que van a revisar a Cosmo para buscar lo usual: armas, explosivos y drogas.

Llegué a este país de mis sueños esperando encontrar días soleados y calientes. Yo vi un poco de eso. Pero de verdad, vi una selva lluviosa. Pájaros de diferentes colores volaron en todas partes y se sentaron en los árboles. No estoy decepcionada. Me voy de este sueño, este lugar de selvas. Aquí vamos, Panamá!

Cloud forests in southern Costa Rica. Photo by Nate.

Cloud forests in southern Costa Rica. Photo by Nate.

Guadual.  Photo by Amelia.

Guadual. Photo by Amelia.

Share this Post:
Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on Google+Email this to someone

Leave a Comment