Cuando llegamos a Huasco, a 1,375 kms de la frontera entre Perú y Chile, llevábamos “solamente” 26 días en el desierto. Parecería que hubiéramos pasado 40 días y 40 noches. Ya hasta estábamos viendo espejismos: ¿pingüinos? ¿minas de perros? ¿manos gigantes?

La Mano del Desierto. Photo: V

The things we’ve seen. La Mano del Desierto y la mano de Nate. Photo: V

Someone said there was a "dog mine". Nate & A imagined a cave full of dogs. We did see more dogs than humans, but a mine of dogs...? Pic: Nate

Someone said there was a “dog mine.” Nate & A imagined a cave full of dogs. We did see more dogs than humans, not sure about a  mine of dogs…? Pic: Nate

Horas y horas cruzando el desierto me dieron espacio para pensar en cosas importantes. Me acordé por ejemplo de lo bueno que era tener las uñas limpias y arregladas, la cara desempolvada y la piel sana. A esta piel mía no le gustan ni el clima tropical ni el desierto. Mojé la toallita que mi mamá me dio y me limpié. Se sintió como toallita caliente después de un vuelo larguísimo. El agua es tan escasa por aquí… y estamos al lado de kilómetros de océano.

Chile está dividido en regiones: primera, segunda, tercera… hasta la décima tercera −una división como de dictador, dijo Nate. El desierto más árido del mundo, el de Atacama, ocupa 105 000 km² en las primeras seis regiones.

Has it been 40 days and 40 nights? Photo: V

Has it been 40 days and 40 nights? Photo: V

Pero este desierto no es igual en todas partes. Más o menos desde la frontera hasta Antofagasta, el desierto es minero, de rocas, poca arena y con ruinas de pueblos que fueron pueblos mientras las minas existieron y ahora son nada. Luego, se vuelve más arenoso, con enormes dunas, rocas más grandes y esporádicas, y el color más intensamente rojo. Hacia el sur, aparecen los cactus, las flores (en octubre y noviembre) y los arbustos. De vez en cuando hay valles fértiles y a veces oasis humanos. Pisagua es uno de ellos.

Pisagua es un caserío en el que podría vivir por un tiempo a pesar de que es costero, no tiene casi agua y ni un árbol alrededor. Pisagua tiene historia y carácter. Primero fue parada del grupo nómada de los changos, luego fue peruano, después Chile lo incendió durante la Guerra del Pacífico y en 1879 lo reedificó y convirtió en puerto minero importante. Cuando la minería de salitre se acabó, los ricos se fueron y se llevaron lo que tenían, incluyendo la economía que movía al pueblo.

"We haven't forgotten." Photo: V

“Nothing is forgotten.” Photo: V

Dejaron las construcciones que se habían levantado con el furor de la minería y que desde entonces se han ido acabando. Hay un reloj que dicen construyó Eiffel, un teatro y otros edificios listos para que alguien les devuelva la vida.

Pisagua. Photo: V

Pisagua. Photo: V

Parece que el municipio va a empezar a restaurarlos, ahora que ha visto el interés de visitantes extranjeros y de sus 350 habitantes que quieren que el pueblo vuelva a florecer, como Marcia, la bibliotecaria, que es también quien guarda las llaves del Teatro Municipal, y Paulina, la paramédica, que es también la encargada del correo.

Beautiful old buildings, fisherman and murals, many, many murals. Photo: Amelia

Beautiful old buildings, fisherman and murals, many, many murals. Photo: Amelia

En Pisagua pasamos una de esas noches especiales por las que vale la pena cualquier cosa en este viaje. Hicimos burritos vegetarianos (un perro se robó la carne), Nate puso Hurray for the Riff Raff y miramos hacia el cielo. Amelia conoció a nuestro amigo Orión. Vimos las Nubes de Magallanes, dos galaxias afuera de nuestra galaxia que no se ven en el hemisferio norte.

Van life at its best! Photo: Nate

Van life at its best! Photo: Nate

A unas horas al sur de Iquique paramos a dormir frente a un islote cubierto de guano. Ahí estaba, a metros de nosotros, una pequeña colonia de pingüinos parados junto a cientos de pájaros de especies distintas. Todos ocupaban la isla, uno al lado del otro, y me pregunté si tendrían problemas de gentrificación.

It's not an illusion, those are penguins! Photo: Amelia

It’s not an illusion, Those are penguins! Photo: Amelia

En Calama pasamos al lado de la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo, cruzamos por más altiplanos de roca y arena, y bajamos un cañón multicolor bañado de sal y bordeado al oriente por los Andes gigantescos. El cielo en el desierto es enorme y las 24 horas, espectacular: azul con pinceladas blancas, rosado con brochazos naranja, y negro, completamente negro, bañado con tantas estrellas como nunca ninguno de nosotros había visto antes.

Desert around San Pedro de Atacama. Photo: V

Desert around San Pedro de Atacama. Photo: V

Habíamos leído que los atacameños no son muy hospitalarios. Y sí, no se vieron muy felices de recibirnos. Las razones también las vimos. Su San Pedro de Atacama está convertido en un disneylandia del desierto, donde ni siquiera se puede encontrar la miel de chañar, un postre que han comido durante años. Lo que sí se puede encontrar es buses llenos de turistas y local tras local de gente que ofrece tours en inglés y hebreo. Una vez más cuestioné este turismo invasor, que algunos quieren promover en Colombia, y que lo cambia todo… y vuelve los lugares un conjunto de fachadas bonitas, nada más. Benjamín opina que los grupos en bus turístico también tienen derecho a ver el Valle de la Luna y sus dunas, así sea desde la ventana.

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Dunes, salt and rocks in Valle de la Luna. Photo: Nate

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Valle de la Luna. Photo: Nate

Las horas en el desierto han también elevado las tensiones. Hace no sé cuántas noches que Nate no duerme bien. Dice que está feliz de volver a casa, a lo que para él es su hogar, por primera vez en muchos años. Yo miro a mi alrededor y veo mi hogar, a ellos tres. Me agarro de los minutos que nos quedan de viaje y los veo deslizarse por entre los dedos como granos de arena. La vida en el van es todo eso junto. Es simple y relajada, cansona y cansadora.

Un día “normal” es levantarse, doblar el sofá-cama, sacar la mesa, el fogón y el tanque de propano, conectarlos, hablar de ciencias, barrer (entra un polvero!), empacar todo otra vez, prender el carro, llenar la llanta que siempre se desinfla, manejar, parar a hacer pipí, almorzar en el camino, buscar en el mapa el próximo lugar donde acampar, hay Internet?, otra vez huele a peo, cargar los teléfonos -alguien sabe dónde está el cargador?-, discutir, oír las discusiones, cantar, llegar al nuevo campamento, está nivelado?, sacar la mesa, reírnos, armar el fogón, conectar el tanque de propano, salir a caminar? escribir en el diario? leer?, ver una película, medio dormir casi todas las noches, levantarse, doblar el sofá-cama.

Con una ventaja: en los últimos 236 días, muchos de ellos en el desierto, sí, hemos atardecido también en playas, bosques y estepas; hemos visto a la luna crecer, llenarse y ocultarse; hemos conocido a tanta pero tanta gente especial; y hemos escuchado a micos, vicuñas, flamingos y a todos los perros callejeros de Latinoamérica.

Home is where you park it. Photo: Nate

Home is where you park it. Photo: Nate

De pronto encontramos un lugar rodeado de cúmulos de cactus florecidos y con vista al mar. Amelia dice que encontró un camino de huesos y que ya sabe que fue un roedor y que si he visto un diente más pequeño, que no le digo. Benjamín sale a caminar y pensar como lo hace Benjamín, en círculos. Y Nate me da un beso y escribe #casaesdondelaparqueas. La crisis se desvanece como el remolino de polvo que partimos a la mitad en uno de esos días en que manejamos por el desierto. ¿O sería un espejismo?

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Comments
  • alvaro Garcia
    Reply

    definitivamente en éste plan, proceso, proyecto o como se le quiera denominar a la GRAN AVENTURA de TANGLETOWN 4, tiene que haber mucha entereza, mucha entrega, cargas de valor, muy buena comunicación: discutir,discutir,discutir…, pero finalmente aceptar o definitivamente no aceptar, pero respetar, entrar en sintonía y comprensión total, para no desesperarse, para no desfallecer, para no tirar la toalla, en momentos de inmenso cansancio físico, corporal y mental al que han estado, están y estarán sujetos hasta el final de la nuevamente GRAN AVENTURA . Todos los días, en GRUPO, como una GRAN FAMILIA, así como sabiamente lo has decrito tú en tus relatos, Ma Victoria. Han sabido afrontar, enfrentar y finalmente salir victoriosos de cada dificultad, de cada encrucijada, de cada cascarita resbalosa que por allí se les ha presentado.
    Ya falta poco, muy poco comparado con los 8 meses ya transcurridos, con las 15.000 millas ya caminadas…quedamos entonces en espera del próximo relato.

    !!! FELICITACIONES ¡¡¡

    Un abrazo y besos muy especiales para todo el EQUIPO: N/V/B/A
    Papichu-Mamichu

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