Estábamos cerca de Trujillo, en el borde del desierto… cuando la basura comenzó a tomar el control. Pero antes, la policía nos paró. Tres veces en las primeras dos horas en Perú. Tres veces con la misma sonrisita de esta puede ser mi oportunidad para una mordida (aunque nunca pidieron nada). Tres veces en que les dijimos que yo era colombiana y que viájabamos con nuestros niños. Por una razón u otra, nos dejaron seguir, todavía sonriendo.

Esa primera noche dormimos en un balneario cerrado en medio de un mondongo de humanos, animales y polvo llamado Tambogrande.

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Este es un pueblo rodeado y cubierto de mangos. Aquí viene gente de todo el mundo a negociar. Y les va bien. Una caja de unos 30 mangos de calidad de exportación vale 10 soles. Eso es menos de US$3. Un mango de esos en Seattle vale US$1 o $2. Alguien se está llevando una buena tajada. Mientras tanto, Tambogrande parece como después de un bombardeo. Las calles son un solo hueco. Y los tuk-tuks! Están en todas partes y atropellan todo con sus pitos musicales y sus adornos de batman/jesús ensangrentado/virgen maría −todos en un mismo carrito. Tambogrande también es conocida porque sus habitantes se opusieron a una mina que los canadienses iban a abrir bajo el pueblo.

Tuk-tuks! Photo: V

Tuk-tuks! Photo: V

Continuamos en la carretera Interoceánica Norte, que cruza un desierto seco, un ecosistema que parece una combinación entre desierto y chaparral. El bosque seco de Tumbes Piura evita que el desierto Sechura siga avanzando. Porque eso es lo que avanza de ahí en adelante! Desierto puro, con dunas de arena, ondas calóricas en la carretera y todo.

Dry forest. Photo: V

Dry forest. Photo: V

Very simple houses in the dry forest. Photo: V

Very simple houses in the dry forest. Photo: V

Desierto peruano. Photo: V

Desierto peruano. Photo: V

Y sí, basura. En algún lugar al norte de Trujillo hay un basurero oficial. En el resto de la zona norte de Trujillo todo es un basurero informal. Por primera vez en nuestro camino, dijo Nate, me siento en un ‘país tercermundista’.

Garbage is a serious issue here. It really i everywhere. Photo: V

Garbage is a serious issue here. It really i everywhere. Photo: V

Catorce kilómetros al noroccidente de Trujillo queda Huanchaco, una “reserva de surf” donde nos quedamos seis días. Es un pueblito de pescadores viejo, de la época de las culturas Moche, Chimu e Inca. Los pescadores aquí todavía usan los famosos botes llamados caballitos de totora.

Caballitos de totora in Huanchaco. To the right, a massive bamboo construction to hold a firework display. Photo: Nate

Caballitos de totora in Huanchaco. To the right, a massive bamboo construction to hold a firework display. Photo: Nate

De todos los pueblos de surf llenos de gringos a los que hemos ido, Huanchaco ha sido nuestro favorito. La gente local no son sólo meseros o trabajadores de hotel: tienen una comunidad, van a la iglesia, juegan basketbol, y trabajan en otras cosas, no únicamente en la industria turística. Y los visitantes no son presas de abuso.

Cosmo at Casa Amelia, our hostel in Huanchaco. Photo: Nate

Cosmo at Casa Amelia, our hostel in Huanchaco. Photo: Nate

Había algunas cosas que teníamos que hacer en el área.

Llevamos a Cosmo al mecánico para que lo revisaran y nos demoramos dos días completos en el taller de Isai. Querido y todo el señor, pero qué experiencia tan aburridorcita. Su taller y otros almacenes de partes a los que tuvimos que ir estaban empapelados con afiches de mujeres en pelota. Se me había olvidado cómo me hace sentir ver ahí en tu cara y de esa forma vulgar la objetivización del cuerpo de la mujer: abusada. Hemos visto esto en otras partes en América Latina, pero aquí ha sido el extremo.

Tuvimos que cuidar los estómagos de Benjamín y Nate. No sabemos si fue el ceviche delicioso, el chicharrón de pescado que casi que se derrite en tu boca porque el pescado es tan fresco, o simplemente el agua que usamos para lavarnos los dientes.

Y también fuimos a Chan Chan, hogar de la civilización Chimu antes de que los Incas los conquistaran. Chan Chan fue la ciudad de tapia más grande del mundo hace 600 años, cuando estaba en la cima de importancia. Ahora sólo uno de los 11 palacios está abierto al público. El resto están destruidos o son “intangible” (en proceso de conservación). Una vez más en nuestro viaje me sentí pequeñita al lado de arquitectura increíble; agradecida de no haber vivido durante semejante jerarquía (60 mil personas vivían para servir al rey, sus esposas e hijos y a 47 nobles); y brava por la destrucción de otro impresionante monumento.

Chan Chan walls. Photo: Nate

Chan Chan walls. Photo: Nate

The walls designs represent air (at the top), water and land (with squirrels). Photo: Nate

The walls designs represent air (at the top), water and land (with squirrels). Photo: Nate

Mientras estábamos en Huanchaco, nos tocó una procesión de la Vírgen del Socorro. Demonios y arlequines con cabeza de bestia seguían la estatua de la vírgen, mientras danzaban al son de dos o tres canciones. La procesión terminó con tres despliegues de juegos pirotécnicos, uno de ellos afuera de nuestro hostal.

One of the friendly demons at Virgen del Socorro procession. Photo: V

One of the friendly demons at Virgen del Socorro procession. Photo: V

Diablos - Photo: V

Diablos – Photo: V

Diablito. Photo: V

Diablito. Photo: V

And the fireworks for Virgin Mary begin! Photo: Nate

And the fireworks for Virgin Mary begin! Photo: Nate

De Huanchaco salimos hacia Huaraz. En vez de irnos por el Cañón del Pato como inicialmente habíamos planeado, seguimos por la costa, y casi por casualidad paramos en Tortugas. Tortugas es todavía un pueblo de pescadores con algunos visitantes de la ciudad que van a pasar el fin de semana. Fue la manera perfecta de terminar nuestro recorrido por el norte de Perú. Fue una de esas noches calmadas, simples que hacen que este viaje valga la pena.

Parqueamos a Cosmo y montamos campamento en la calle, al lado de una placita. Nate tocó charango. Amelia jugó con unos niños del pueblo. Benjamín nos contó historias de sus amigos. Conversamos con los vecinos, que también nos dejaron usar el baño. Había brisa. Vimos pelícanos. Todo ahí, al borde del desierto, entre problemas serios de basura y agua, con atardeceres hermosos y gente súper querida. Estamos listos para un clima más fresco. Vamos a ver qué nos deparan las montañas.

 

Amelia's new friends checking out our home. Photo: V

Amelia’s new friends checking out our home. Photo: V

*”Paja” en peruano = súper, bacano, chévere, cool

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