The route

La ruta

De salida del parque Conguillío, pasamos más araucarias y coigües gigantes. Mientras nos acercábamos al volcán, más y más árboles muertos salpicaban los lados de la carretera hasta que llegamos a un campo grande de piedras volcánicas y arena. De vez en cuando se veía uno que otro arbusto y luego el bosque volvió a aparecer al otro lado. Buena foto.

Leaving Conguillio National Park.  Photo: V

Saliendo de Conguillío National Park. Foto: V

Después de unos días de carretera destapada, estábamos felices de llegar a una carretera asfaltada y viajar a más de 40 kilómetros por hora. De repente llegamos a otra carretera sin pavimento para llegar al campamento/termal donde íbamos a dormir, y ahí empezaron los sonidos.

Ahora, tienes que entender que hemos estado manejando con estos raros y preocupantes sonidos por ya algún tiempo; pensamos que habíamos arreglado todo en Vicuña, pero el ruido persistió. Pero cuando llegamos a esa carretera destapada y estuvimos en ella media hora, un chillido de verdad empezó a sonar. Cada que la llanta giraba, un chirrido bulloso y agudo que nos asustó. Mi mamá dijo que nos devolviéramos, pero ya estaba muy tarde. Entonces gateamos despacio hasta el lugar, Termales de Molulco.

Nos pusimos la ropa de baño y bajamos a las bañeras. Estaba un poco oscuro pero yo busqué (y comí) moras. Después de comer todas las que pude encontrar, me entré a las bañeras con los otros. Las bañeras estaban calientes, relajantes y cómodas, y el miedo de la rueda se fue momentáneamente. Al fin se puso muy oscuro y teníamos hambre, entonces regresamos al carro e hicimos la comida.

Al día siguiente, el chillido se oía aún más duro, y finalmente paramos de miedo de que la llanta se saliera. Amelia y yo armamos sillas y procedimos a raspar todas las moras de los prolíficos arbustos mientras Nate y Mami trataban de averiguar qué era el problema. Amelia trató de llenar un pequeño tarro con moras, mientras yo me comía todas las que ella no podía alcanzar (que eran muchas). Almorzamos al lado de la carretera. No hubo mucho progreso en la llanta hasta que un señor que pasó por ahí nos ofreció ayuda. Manejamos hasta su finca y después de escuchar el sonido un momento, nos dijo que lo que estaba causando el problema, lo que nos había causado tanto estrés, era una piedrita que se había metido entre la llanta y el freno de disco. Encontramos la piedrita y la marca que había dejado en el freno. El ruido se había ido!

Vía a Pucón, nuestra próximo parada, hablamos con otros viajeros que iban viajando en la otra dirección, unos suecos con sus niños (más pequeños) y una pareja también sueca con una señora muy opinadora. El lugar en Pucón estaba lleno, entonces fuimos al otro lado del lado y nos quedamos en Villarica en un campamento con internet medio-rápido. Amelia y yo vimos videos sentados afuera, en el frío.

Camino a Valdivia al otro día, paramos sólo a almorzar y tratar de pescar. Valdivia es un puerto agradable, hogar de los gigantes leones marinos de la Patagonia o lobos marinos suramericanos, los cuales se sientan en varios muelles y de vez en cuando andan hasta la acera. Uno de ellos, un macho enorme, barbado y medio agresivo se sentó en la mitad de la acera, bloqueando el camino y mirando furioso a todo el que se acercara y tratara de pasársele, gruñendo, mostrando sus dientes y persiguiendo a quien se aproximara. Nadie resultó herido; creo que sólo se estaba haciendo el fuerte y asegurándose de que la gente supiera quién era el jefe.

Mr. Grumpy Sea Lion Boss. Photo by Nate

Sr. Jefe Bravo León Marino. Foto by Nate

Fuimos a la cervecería y restaurante Kunstmann. El parqueadero tenía imágenes estereotípicas de alemanes tomando cerveza y comiendo salchichas. El restaurante tenía un letrero con tipo de letra estilo alemán. Yo pedí hamburguesa sin aguacate, que los chilenos lo ponen en TODO. Nate pidió currywurst, y Mami y Amelia comieron salmón con almendras. Amelia y yo tomamos chocolate caliente y Nate y Mami compartieron varias copitas de cerveza para probarlas. Nate dijo que le había gustado probar varias cervezas distintas pero que prefería la cerveza de Washington/Oregon. La comida estuvo buena. Me gustó mucho la hamburguesa que tenía pedacitos de tocineta y el internet fue excelente. Preguntamos si nos podíamos quedar en el parqueadero y nos dijeron que sí, así que terminamos nuestra comida y nos parqueamos lejos del ruido.

Nos quedamos en Valdivia el resto de la semana esperando que arreglaran el carro (le iban a cambiar unos rodamientos). Caminamos por el pueblo, probamos pastel de choclo, compramos chaquetas para Amelia y para mi y encontramos una panadería llamada Almendra donde iríamos todos los días siguientes. Probamos pasteles deliciosos y conversamos con Jorge, el cajero-estudiante-de-derecho-y-escritor. También fuimos al gimnasio de escalada Puelche y conocimos al dueño, Toni, y a su perro, Barri White. Toni fue muy querido. Nos recomendó lugares a donde ir y nos dejó cargar nuestras cosas y pasar muchas horas en el gimnasio. Su perro era especial; jugaba a atrapar lo que le lanzaran, pero en vez de jugar con el juguete de caucho que le tenían, cogía piedritas del patio. Escalamos y pasamos muy bueno, luego nos sentamos arriba a usar el internet, el mejor hasta ahora.

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El tercer día fue lluvioso. Hicimos una mini-maratón de Wes Anderson: vimos Moonrise Kingdom y Darjeeling Express y comimos crispetas. Cuando nos entregaron el carro al cuarto día, ya estaba tarde entonces nos fuimos para un hotel. La ducha se sintió bueno después de unos días sin bañarnos! Fuimos al mercado de pescadores y compramos pan y salmón ahumado, y almorzamos mientras vimos a los leones marinos tomar el sol y pelear entre ellos.

Después de una larga semana en Valdivia, era hora de seguir. Compramos unas cosas en Puerto Montt y tomamos la Carretera Austral, la autopista que va por el sur de Chile. El paisaje fue muy lindo, con nevados y bosques de pino, pero también había muchas fincas de eucalipto.

Nate says: "Really?? In front of the eucaliptus farm?" Photo: Nate

Nate dice: “De verdad?? Este aviso frente a una finca de eucalipto?” Foto: Nate

Manejamos por el valle de Cochamó, donde había unas montañas impresionantes. Pescamos sin éxito y después nos sentamos al lado de una fogata y acariciamos a un gatico que había olido nuestra comida.

On the way to Cochamó valley. Photo: V

Camino al valle Cochamó. Foto: V

Nate y yo nos fuimos a acampar. Mami y Amelia se quedaron porque estaban enfermas, y decidieron ir caminando al día siguiente. La caminata al campamento no fue muy bonita; el sendero estaba lleno de pantano y charcos de agua sucia, especialmente donde los caballos habían corrido, y el bosque estaba tan denso que no podías ver las montañas. Pero después de una caminata de 6 horas, llegamos a un claro y la vista fue excelente: montañas con paredes de piedra gigantes. Hicimos un poco más de pesca, pero después de que no hubo mordidas, decidimos que arroz y el resto del salmón ahumado sería una buena comida. Al otro día, nos encontramos con Amelia y Mami a mitad de camino.

Camping in the "Yosemite" of South America. Photo: Nate

Camping en el “Yosemite” de Sur América. Foto: Nate

Tomamos el ferry de Hornopirén al Parque Pumalín dos días después, y pasamos una noche gris y lluviosa en el parque. Nate y Mami caminaron hasta el borde del cráter del volcán Chaitén.

Leaving Hornopirén on the first ferry. Photo: Nate

Saliendo de Hornopirén en el primer ferry. Foto: Nate

One of two ferry rides to Parque Pumalin. Photo: Nate

Segundo ferry a Parque Pumalin. Foto: Nate

Parque Pumalín. Photo: Nate

Parque Pumalín. Foto: Nate

Parque Pumalín. Photo: Nate

Parque Pumalín. Foto: Nate

Luego manejamos al pueblo de Chaitén, que se dañó mucho en 2008 debido a la erupción del volcán. Nos encontramos con Nicolás, un conocido de Nate, y fuimos a comer con él y su amigo Phil. Los dos son personas muy interesantes; Nicolás es extrañamente dulce y fuerte y su amigo Phil sabe un montón de datos interesantes. Los dos son muy queridos y generosos. Nicolás nos dejó parquear (y dormir) en el garaje cubierto de su oficina y Phil nos ofreció desde empanadas hasta galletas de chip de chocolate. Muy bacanos.

Van Jammin from Nate Brown on Vimeo.

En Futaleufú acampamos al lado de un río azul hermoso, con vista a las montañas y la nieve. Nate quebró una de nuestras cañas Tenkara (que luego pudo arreglar), y hicimos una fogata en el atardecer frío.

Mexican tacos by the fire. Photo: V

Tacos junto al fuego. Foto: V

Camping on the Fú. Photo: V

Camping en el Fú. Foto: V

Salimos temprano a la mañana siguiente y después de llenar el tanque de gasolina en la Junta, nos dimos cuenta de que no podíamos mover la palanca de cambios de ‘parqueo’! Después de unos minutos y algo de pánico, Nate vio que era solamente un fusible y lo arregló. Pero de repente tampoco encontramos la tarjeta de crédito de Nate. Aunque nadie la había usado para comprar nada, no sabíamos dónde estaba. Quien sabe, depronto todavía está en el carro! Afortunadamente tenemos la de Mami entonces cancelamos la de Nate.

This is the beautiful place that I missed because I was too lazy to hike. Photo by Victoria

Este es el sendero del Bosque Encantado que lleva a un glaciar y que yo me perdí por ser perezoso y quedarme en el van. Foto by Victoria

El camino a Coyhaique, el pueblo más grande desde Puerto Montt, fue a través de un valle lleno de árboles cambiando de color, porque aquí es el otoño. Había también muchos ríos, incluyendo el famoso río Simpson. Pasamos por granjas, montañas y árboles amarillos y naranjados. El valle nos recordó a Washington, sólo unos 21,700 kilómetros al sur!

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Showing 3 comments
  • Diego Parra
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    Great story and wonderful experience Benjamin. (La hormiga picosa)

  • Lina
    Reply

    Incredible cómo ha perfeccionado su Español Benjamín. Felicitaciones y gracias por compartir. Esperamos verlos pronto!
    Lina

  • AlvaroAmparo
    Reply

    Hola Benjamín.Que viaje maravilloso e inolvidable el que nos acabamos de dar por los senderos, caminos, lagos, montañas…del Sur de Chile. Tu narración, amena. descriptiva hasta el detalle y sus fabulosa experiencias,nos regalan siempre mucho conocimiento y envidia por lo que viven y disfrutan…también a ratos sufren y se estresan. mil gracias por todo, felicitaciones y hasta la próxima

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