Abuelito y Abuelita nos dieron la sorpresa de que venían a Perú con nosotros por una o dos semanas. Nos estábamos quedando en el hostal El Duende en Cusco una noche, esperando que llegaran. Mami y Benjamín fueron a recogerlos al aeropuerto. Nate y yo hicimos un poco de ciencias y computador mientras los esperamos.

Cuando llegaron, fuimos a un restaurante. Benjamín pidió un cuy. Los cocineros se demoraron cuatro horas para terminar nuestra comida. Finalmente, la trajeron. Eran casi las 11 p.m. Todo el rato el cuy me sonrió mientras comimos.

En Cusco compramos helado, los vendedores trataron de vendernos cosas, nos sentamos debajo de árboles en muchas plazas bonitas, y Mami, Nate y yo compramos un suéter y una cobija de alpaca. En general, Cusco nos gustó.

Foto de los Garcias. By Nate

Foto de los Garcias. By Nate

Al día siguiente fuimos a las minas de sal en Maras. Son cuadrados multicolores, cada uno de casi cuatro metros cuadrados. Probamos un poco del agua que estaba en las lagunitas y estaba… pues, salada. La sal se queda en los muros de las lagunas cuando el agua se evapora.

The chocolate looking, Maras salt mines. Photo by Nate

The chocolate looking, Maras salt mines. Photo by Nate

Llegamos a Ollantaytambo y notamos qué tan bonitas eran las piedras grandes con las que estaban construidos los edificios. Encontramos un hotel económico y un lugar donde comer pizza. Mientras esperamos nuestra comida, noté los dibujos de Machu Picchu y las mujeres nativas. El tren de Machu Picchu salía a las 4:30 a.m. Comimos y nos fuimos a dormir rápido para prepararnos para despertarnos a las 3:25 del próximo día.

Todas las alarmas sonaron y me fui al baño para prepararme como todos los demás. Empacamos nuestras mochilas y salimos hacia el tren, ya más despiertos. Cuando llegamos esperamos a que las personas terminaran de limpiar y preparar el tren, luego nos montamos y encontramos nuestras sillas. Me gustó mucho como fue mi primera vez en un tren.

First train trip! Photo by Amelia

First train trip! Photo by Amelia

Cuando llegamos a Aguas Calientes, todos dijimos que deberíamos encontrar un hotel primero antes de que todos los turistas llegaran e hicieran que los precios subieran. Abuelito encontró uno, dejamos nuestras mochilas y nos montamos al bus hacia Machu Picchu.

Cuando llegamos, muchas personas nos ofrecieron tours y guías. Entramos y empezamos a caminar. Fuimos a una parte que se llama la Puerta del Sol, pero Abuelita y Benjamín se cansaron a dos tercios del camino entonces Mami regresó con ellos. Nate, Abuelito y yo continuamos. No muy lejos de donde los seis nos separamos, llegamos a las primeras ruinas. Eran de piedra, grandes y con pequeñas ventanas en la parte de arriba. Escalé hasta la parte de arriba de una casita para poder pararme en el techo.

The Sun Gate. Photo by Nate

The Sun Gate. Photo by Nate

Nos encontramos con el resto del grupo y continuamos a visitar la ciudad. Paramos en una parte con una escalera de piedra a ver el paisaje. Hubiera sido mucho más bonito si la neblina no hubiera cubierto todo. Nos sentamos un ratico y luego la neblina empezó a irse y por diez increíbles minutos vimos todo. Había edificios de piedra en todas partes, con caminos también de piedra y haciendo un pequeño laberinto. Había casas con huequitos como ventanas. Son las ruinas más grandes que he visto en todo el viaje!

Orange moss, stone buildings. Photo by Nate

Orange moss, stone buildings. Photo by Nate

Machu Picchu when the fog finally cleared. Photo by Benjamin

Machu Picchu when the fog finally cleared. Photo by Benjamin

Luego empezamos a bajar y pasamos una entrada de piedra, la puerta principal. Las rocas era muy grandes, cada una de medio metro de alto y ancho. Paramos en el Templo del Sol, el Templo de las Tres Ventanas, el Grupo de las Tres Entradas y también vimos fuentes y el sector agrícola. Mientras caminamos, encontré diez soles en el piso. Abuelita me hizo una pulsera de manga.

The Temple of the Three Windows. Photo by Nate

The Temple of the Three Windows. Photo by Nate

The top of the Temple of the Sun. Photo by ... probably Nate

The top of the Temple of the Sun. Photo by … probably Nate

Para ser honesta, yo siempre oí que Machu Picchu era tan impresionante, y sí era, pero creo que las personas que dijeron eso lo hicieron más grande de lo que era.

Very impressive! Photo: Nate

Nota del editor: No es impresionante, de verdad…? Photo: Nate

Cuando volvimos al hotel compré una bolsita de M&M y un Twix. Al otro día no necesitábamos levantarnos a las 3:25 am. Nos levantamos cuando quisimos. Luego llegamos al tren. Al regreso, uno de los auxiliares del tren en una máscara y un disfraz con muchos colores empezó a bailar música ‘Inca’. Le pidió a la Abuelita bailar con él y cuando terminó, alguien habló en el parlante del tren: “Inca Rail está feliz de presentar un desfile de modas.” Luego uno de los meseros salió de detrás de una cortina y caminó por la pasarela y mostró cómo transformar una camisa en un vestido, una bufanda o en otra camisa. Ella terminó y otro mesero salió. Los dos mostraron varias vestimentas más. Me gustó la ropa de la mujer! Ya cuando regresamos a Ollantaytambo, Mami, Nate y mis abuelos fueron a ver más ruinas y salimos hacia el Valle Sagrado.

Encontramos un hotel en Pisac. Benjamín y yo vimos videos un rato. Hice un poco de tarea y nos fuimos a una parte donde protegen las papas, donde crecen 2,300 tipos de papa. Caminamos alrededor de una laguna. Con ayuda de Nate y los Abuelitos, yo hice un corazón de flores para Mami y Mami me dio una tarántula muerta para mirar. Otra vez en el hotel, Benjamín y yo vimos un poco más de videos en el cuarto de los Abuelitos mientras todos los demás se burlaban de los mini-videos que estaban mostrando en Animal Planet.

También fuimos al mercado en Pisac. Había tapices, cerámicas, cobijas, tés y especias, tinturas… todo lo que te puedas imaginar. Mientras caminábamos, una mujer que estaba hablando inglés nos ofreció muestras de chocolate. Se veía como que ella era de EE.UU. Probamos chocolate de leche con hojas de coca, chocolate blanco con hojas de coca, chocolate de leche, chocolate blanco, chocolate oscuro, chocolate de leche con chile… Mami y Nate nos compraron cobijas a Benjamín y a mí, y los Abuelitos nos dieron plata para comprar lo que quisiéramos. Yo compré felizmente.

Purple corn, orange corn, white corn, all corn - Photo by Nate

Purple corn, orange corn, white corn, all corn – Photo by Nate

dye, dye, dye! - Photo by Nate

dye, dye, dye! – Photo by Nate

Paramos en Ayaviri en el camino de Pisac a Puno. Encontramos un hotel y preguntamos por dos cuartos, uno con dos camas y el otro con una. Nos dieron dos toallas, una para cada cuarto. Cuando pedimos cuatro toallas más, la mujer dijo que no, que era una toalla para cada cuarto. Luego vimos que no teníamos papel higiénico. Cuando le pedimos, la mujer dijo que no. Mami y Abuelito discutieron con ella hasta que ella dijo: ‘Sólo te voy a dar un rollo de papel higiénico por cada cuarto!’ y Mami dijo ‘claro! qué más vamos a necesitar!’ Nos reímos de ese asunto cuando todo se terminó.

Picnic at Lake Titicaca. Photo: V

Picnic at Lake Titicaca. Photo: V

De Puno fuimos a las islas Uros, islas flotantes hechas de totora, una clase de junco que crece en el lago Titicaca. Un hombre que se llama Roger nos trajo en su barquito a la isla de su familia y nos presentó a su abuelo, su abuela y a su esposa Nancy. Nos dejaron probar su ropa tradicional y nos quitamos los zapatos para dejar que nuestros pies sintieran la totora debajo de nosotros. Me encantó como se sintió.

Everything is made by totoras. Photo by Amelia

Everything is made with totoras. Photo by Amelia

A view from the house. Photo by Amelia

A view from the house. Photo by Amelia

Mom looking pretty next to Victoria, Roger's grandma. Photo by Nate

Mom looking pretty next to Victoria, Roger’s grandma. Photo by Nate

Yo compré un tarrito de barro, Benjamín compró un barquito hecho de totora y los cuatro compramos un tapiz. Todo era hecho a mano. Abuelita me hizo una tiara de totora. Luego Roger y Nancy nos llevaron a una isla turística para almorzar. Comimos trucha, una trucha muy, muy rica. Fuimos en el barco un ratico más en el lago y luego Roger nos llevó de regreso. Me quité la ropa que ellos me prestaron, porque la tuve puesta todo el día.

MVI_9304 from Nate Brown on Vimeo.

A la mañana siguiente salimos de Puno y las islas Uros a continuar nuestra aventura. Una de las mejores cosas de viajar con los Abuelitos es cuando hacen ooh y aah por los animales, como los flamingos y vicuñas que vimos, o por el paisaje. Después de seis horas de camino, llegamos a Arequipa. Los Abuelitos se fueron a explorar la ciudad mientras nosotros preparamos el van para el resto de nuestro viaje. Abuelito y Abuelita nos llevaron a almorzar a un restaurante muy bueno.

En el camino de regreso, Abuelito iba más adelante que nosotros y yo me adelanté con él. Había dos mujeres bailando en tacones muy, muy altos y hombres tocando música con sus instrumentos. Luego vi una cámara como para las películas moviéndose de un lado para otro. Me devolví corriendo. Pero Abuelito se quedó ahí parado aplaudiendo y cuando la música paró y las mujeres pararon de bailar, él aplaudió más y dijo, ‘wow, muy bien, muy bien.’ Resulta que ellos estaban filmando un video y Abuelito quedó ahí en la mitad de todo. Lo molestamos y él nos dijo que cuando empezaron el video otra vez y miraran cuál era mejor, iban a escoger el que lo mostraba a él. Esa es otra de las mejores cosas de viajar con los Abuelitos: cuando Abuelito cuenta sus chistes que no son tan buenos y se ríe de sus propios chistes con su risa tan rarita que hace que todos se rían también. Y luego Abuelita dice, ‘ay, qué Abuelito’.

Abuelito crashes a video. Photo by Nate

Abuelito crashes a video. Photo by Nate

Al otro día llevamos a Los Abuelitos al aeropuerto y nos despedimos. Ellos se fueron a Lima y luego Medellín. Nosotros seguimos a la costa sur de Perú.

Sea lions on our last day in Peru. Photo by Amelia

Sea lions on our last day in Peru. Photo by Amelia

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Comments
  • alvaroAmparo
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    Bueno Amelita, que grato recuerdo es para nosotros el tener éste hermoso relato de nuestras vivencias juntos en Perú (Machu-Pichu, el tren, las compras a los indigenas en Pisaqc, la visita Roger y su familia en Ayavarí y la Isla Huros todo en Puno. Allí conocimos y vimos bailar ala PRINCESA AIMARÄ :AMELIA. Bueno al menos tuvieron la gran oportunidad de disfrutar durante casi 3 semanas de los fabulosos chistes de tu abuelito…jjj.
    Lo peor de tu fantástico relato es esa parte final en la que cuentas los detalles de nuestra despedida para Lima-Medellín y su continuidad por el Perú…
    Un abrazo, un beso y hasta muy pronto para todos N/V/B/A les deseamos los abuelitos AyA. chaitoooo pues

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